martes, 8 de marzo de 2011

Decorar con velas

Fueron las primeras lámparas que alumbraron a nuestros antepasados, y aunque actualmente no se utilicen con esta finalidad, la presencia de las velas no ha desparecido de nuestras casas.



Su uso ha pasado por diferentes fases. Al principio se utilizaban por necesidad, por la imperiosa necesidad de ver en la oscuridad, pero más adelante la bombilla llegó a este mundo para cumplir esa función. En este momento, el uso y la importancia de las velas residen en su significado; religioso, romántico, espiritual...


Su fuego resulta absolutamente embriagador, y hace que su presencia en una cena para dos, se convierta en el principio de algo especial. Están presentes en todo aquello que tiene que ver con la religión, como por ejemplo formando parte de la decoración de la iglesia o en una boda. Pero también cumplen una función espiritual que las hace indispensables en espacios destinados a la reflexión o al relax mental.

Hoy en día, resulta paradójico pensar, que prácticamente no las necesitamos, y sin embargo es el momento en que más presentes están en la decoración de cualquier casa.

Las velas se han convertido en un objeto de deseo, en un accesorio fundamental en la decoración de cualquier casa actual.

Sus formas son muchas y muy variadas, y ellas tampoco se escapan a las modas,  a los colores tendencia o a los diferentes estilos de decoración. Unas veces reconocemos su estilo en la propia vela, por su forma o su diseño, pero en ocasiones será su soporte quien nos aporte estos datos.

Los candelabros de plata han sido considerados desde siempre un artículo lujoso y elegante, y uno de los mejores regalos que alguien podía recibir cuando estrenaba casa. Actualmente siguen estando de completa actualidad, pero al mismo nivel que las bandejas de madera, los soportes de abalorios, recipientes de cristal... y por supuesto los propios candelabros de plata con diseños reinventados de modernidad.

Se trata de un accesorio de decoración que encaja en cualquier estancia de nuestra casa, por esa razón es un regalo muy agradecido, ya que cualquiera encontrará en su casa, un pequeño huequecito en el que colocarlo.

Sobre la mesa del comedor, formando parte de un decorativo centro de mesa, o en el mueble del salón, en la mesilla de noche, sobre la encimera del baño... existen incluso velas cuyo diseño las hace perfectamente adecuadas para decorar la cocina.

En la actualidad, las velas son un mero objeto decorativo, y solemos cometer el error de mantenerlas en el mismo estado en que las adquirimos. Esto hace que su aspecto luzca frío, estático y permanente. Aunque solo utilicemos las velas de manera ornamental, debemos de tener la sensibilidad de quemar la mecha, y tampoco estaría de más, que de vez en cuando consumiéramos parte de la cera, para que se note en ella el paso del tiempo.

Los secretos y las promesas bajo la influencia del fuego tienen un valor añadido, de ahí los numerosos compromisos surgidos tras una larga velada. Solo por eso, merece la pena fomentar su uso.

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