Los objetivos son claros: ofrecer productos funcionales, flexibles y personales. Productos que invitan a saborear la vida a un ritmo relajado, ya que este es un diseño que subvierte las convenciones de la contemplación, que muestra una pluralidad de puntos de vista posibles, rompiendo los estereotipos y creando una nueva forma de entender y vivir el living.
La belleza nace de un esfuerzo colectivo para ofrecer productos que estimulan y entusiasman, resultado de un diseño que encaja en la vida diaria sin ser obvio, que conduce a una elección consciente y no a una conformista adherencia. Productos de diseño riguroso, lineal, como las tendencias actuales exigen, pero al mismo tiempo con el sabor y calidad que sólo una empresa con larga experiencia sabe crear, un concepto de modernidad marcada por una forma dinámica de entender la vida que se encuentra en las diferentes interpretaciónes tipológicas capaces de personalizar y con la máxima flexibilidad de uso.
Una elección y un compromiso que permite a Beltà lograr una posición de liderazgo internacional con productos diseñados por diseñadores de cultura europea que respeten los auténticos sellos de su personalidad, sin sacrificar la sólida imagen de la empresa. Su contribución no es una voz fuera del coro, sino una contribución a este nuevo capítulo de la aventura de Beltà dictados por la necesidad de reconsiderar las condiciones de dicho proyecto creativo que debe responder a las esperanzas del nuevo camino, y eso no sirve si no coincide con los valores detectores de cada modelo en que la línea expresiva de conducta ya no debe ser meras fuentes de inspiración, sino apoyo a las ideas que abren nuevas e interesantes perspectivas en un mercado internacional.
Por otra parte, este es el poder del diseño, de Beltà, no sólo un inventor de ideas, sino un sistema coordinado, capaz de producir objetos que dan sentido a la evolución continua de la casa en el imaginario contemporáneo.
Aquí les dejo su web: Beltà
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