El pasado mes de diciembre, las fachadas de las catedrales, edificios, esculturas y monumentos de Lyon, Francia, se convirtieron en escenarios para acoger el 14º Festival de las Luces, que comenzó como una tradición religiosa hace 160 años. El evento duró cuatro días y ya es reconocido como una de las fiestas más importantes de Europa, ya que cada cuatro años atrae a millones de turistas. Lyon es intervenida gráficamente por artistas visuales, arquitectos, diseñadores y especialistas en iluminación de diferentes partes del mundo, creando historias diferentes y secuencias que se convierten para los edificios. La iluminación también abarca ríos Ródano y Saona, e incluso el parque urbano de la Tête d’Or, el Théâtre des Célestins y la Iglesia de Saint-Nizier.
Aunque no hay una versión oficial de su origen en el siglo XIX, la versión francesa proporcionada por el municipio francés explica que durante la inauguración de la Basílica de Fourvière en 1852, el Arzobispo de Lyon bendijo el edificio, pero la iluminación no. Antes de eso, los fieles ponen velas en las ventanas y balcones para que la ceremonia no se realice en la oscuridad. Además, en 1989 la ciudad adoptó un plan de iluminación que funciona en la mayoría de los lugares emblemáticos, poniendo Lyon como un centro de diseño de iluminación.
A finales del año pasado, los artistas trataron de recuperar la tradición de la ciudad y crearon una proyección con velas que, al reproducirla sobre la fachada, creaba una sensación en que los vecinos del edificio quedaban encandilados.
El inicio del festival fue marcado por la iluminación de la estatua ecuestre de Luis XIV en la Plaza Ballecour. La intervención del artista Gilbert Moity transformó la estatua en un cubo mágico que inició una cuenta regresiva para iluminar los edificios y lanzar fuegos artificiales.
La intervención de la Catedral Saint-Jean estuvo a cargo del artista Damien Fontaine, o qual, durante todas as noites a “pintou” de uma cor diferente, el cual, durante todas las noches “pintó” de un color diferente.
Además varios “ramos” de candelabros adornavan Lyon. Caracterizándose por disminuir la cantidad de luz a medida que bajaba la temperatura ambiental.
El Festival de las Luces da protagonismo al patrimonio arquitectónico que permite que los ciudadanos vean su ciudad intervenida, pero sin daños. Además, los espacios públicos utilizados cumplen parte de su funcionalidad, al recibir múltiples visitas que se reunen por una actividad cultural específica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario