viernes, 23 de mayo de 2014

Burletes y plintos para puertas y ventanas

El aislamiento térmico de la vivienda es algo muy importante: evita que pasemos frío, que tengamos humedades y que suframos las molestas corrientes de aire. Si bien hay varias medidas que se pueden tomar para aislar térmicamente las paredes de las casas, también es importante sellar aquellos huecos por los que se filtra el aire frío o se escapa el calor. Nos estamos refiriendo a los marcos de puertas y ventanas.



Hay tipos de ventanas más aislantes que otras en lo que respecta a su sistema de apertura, pero otras, como las correderas, dejan escapar el calor en muchas ocasiones. Las ventanas abatibles también pueden dar problemas, sobre todo si tienen unos cuantos años. Y la parte baja de las puertas es una vía de entrada del frío de primer orden… La solución está clara: colocar burletes en las ventanas y plintos en las puertas.

Los burletes son tiras adhesivas de caucho o espuma que se pegan en los marcos de las ventanas. Los mejores son sin duda los de caucho, mucho más duraderos y aislantes que los de espuma. Son más caros pero merece la pena. Antes de pegar un burlete, debemos comprobar que el marco está limpio para asegurarnos de que se fijará bien. Sobre todo, es importante limpiarlo a fondo si había un burlete viejo a sustituir. Se puede limpiar a la perfección frotando el marco con un paño y acetona, de forma que desaparezca todo el adhesivo. Después sólo hay que medir la longitud de la tira para cortarla, retirar el papel protector y fijar el burlete poco a poco para que quede bien pegado.

Los plintos para puertas son unas tiras rígidas que pueden ser autoadhesivas o atornillables. Su función es cortar el paso a las corrientes de aire, y si se trata de una puerta a pie de calle, evitar también que se cuele el agua de la lluvia. Los hay fijos o basculantes (aportan más movilidad), con cepillos (especiales para polvo) o láminas de goma, los mejores para aislar. Por lo general hay que cortarlos a la medida (a no ser que sean estándar), y se pegan retirando el papel protector.

Los atornillables requieren más tarea: hay que presentarlos, marcar los puntos de los orificios, taladrarlos ligeramente y luego colocar el burlete introduciendo los tornillos. Son más duraderos y resistentes, pero la puerta quedará agujereada.

Vía: Deco Estilo

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