lunes, 5 de mayo de 2014

Instalaciones eléctricas

Una de las intervenciones más importantes en la reforma de una vivienda es la que contempla las instalaciones eléctricas. Esto es así por motivos de seguridad y de eficiencia. Los cableados y dispositivos de la casa pueden suponer un serio riesgo de incendio o electrocución si están anticuados o deteriorados; además, con el tiempo las necesidades eléctricas de las viviendas suelen crecer y es necesario ampliar las instalaciones, colocando más tomas y puntos de luz, y contratando una mayor potencia.


El cuadro de distribución
Los circuitos de las viviendas parten del cuadro de mando y distribución. En este cuadro, que sólo debe ser reparado o intervenido por profesionales, los puntos de luz de la casa se dividen en varios circuitos: iluminación, cocina, horno y placa… Algunas tomas (enchufes) son estándar y otros de fuerza, para alimentar electrodomésticos grandes. Los circuitos están controlados por unos dispositivos llamados PIAs (pequeños interruptores automáticos), que saltan y se desconectan cuando hay una sobrecarga o un cortocircuito. Todos ellos están a su vez controlados por un interruptor general de potencia.
¿Cómo calculo la potencia que necesito contratar?
Muy sencillo: dependiendo de la superficie de la casa, de los electrodomésticos de que disponga, del tipo de calefacción que tenga y de si cuenta o no con sistema de aire acondicionado. La potencia a contratar nunca podrá ser inferior de 5750 V a 230 W; esta potencia viene contratada ya con el inmueble, pudiéndose ampliar según las necesidades.
Una aproximación general nos indica que una casa media que disponga de los suficientes puntos de luz, una nevera, calentador de agua, lavadora, plancha y aspiradora necesitará una potencia de 4,6 kW. Cuando se añaden otro aparatos como lavaplatos, campana extractora, horno y vitro, secadora de ropa y alguna otra aplicación de pequeño tamaño, es necesario ampliar la potencia contratada hasta 7 kW; y si la calefacción es eléctrica con sistema de A/A; entonces probablemente necesitaremos hasta 9 kW.
Renovar las instalaciones: cuándo hay que hacerlo
Hay profesionales que recomiendan hacerlo cada diez años, aunque esto es algo exagerado. Si los materiales están homologados, la instalación cuenta con toma de tierra y está correctamente realizada, puede durar muchos años más.
Cuando hay interruptores o enchufes sueltos o rotos, o provocan chispas cuando los accionamos o conectamos aparatos, es imperativa su renovación. Lo mismo rige para instalaciones con cables envueltos en materiales textiles o con cables del mismo color (son muy antiguas). Y por supuesto, cuando la instalación no tenga toma de tierra.
A veces, al encender las luces podemos notar un peculiar olor como a pescado. Es señal de que los cables se recalientan y pueden incendiarse; hay que renovar la instalación cuanto antes.
Instalaciones empotradas y vistas (por canaletas)
A grandes rasgos hay dos tipos de instalaciones eléctricas: las que van empotradas y las que discurren por canaletas o tubos. Las primeras son más discretas, ya que quedan ocultas dentro de la pared. Para instalarlas hay que practicar rozas o regatas en la pared y luego colocar un entramado de tubos (mangueras) corrugados, dentro de los cuales irán los cables eléctricos. Las rozas se cierran con yeso.
Las instalaciones por canaletas o tubos son más fáciles y rápidas de colocar, pero quedan vistas. Hoy día hay sistemas muy elegantes que resultan discretos y atractivos. Una de sus mayores ventajas es que si hay que arreglar algún punto, no es necesario picar la pared y luego volverla a cerrar y pintar; las canaletas se desmontan fácilmente y se vuelven a colocar sin problemas.
Electricidad en la cocina y el baño
La presencia de la humedad hace de estas estancias un caso muy especial a la hora de realizar la instalación eléctrica. El baño cuenta con zonas en las cuales está prohibido colocar ningún tipo de aplicación (tomas, luces e interruptores) y otras con reservas.
En la cocina, por su parte, se establecen cuatro circuitos diferentes, cada uno con su diferencial (magnetotérmico):  circuito de alumbrado (10 amperios), circuito de horno y cocina (25 amperios), circuito de lavadora y lavavajillas (25 amperios) y circuito de tomas de corriente de fuerza (16 amperios). Además, la distancia desde cualquier punto de luz, interruptor o toma hasta los puntos de agua debe ser como mínimo de 100 cm.
Precios y presupuestos
A grandes rasgos, podemos constatar que la ampliación de una instalación eléctrica empotrada (es decir, por rozas practicadas en la pared) sale por unos 80-90 euros el metro lineal de roza (abrir, meter el tubo, cerrar y pintar), más unos 30-40 euros por cada punto a instalar. Por punto nos referimos a las cajas de distribución, las tomas de corriente (enchufes), los interruptores y los puntos de luz.
Las instalaciones por canaletas salen bastante más baratas al no necesitar de albañilería ni pintura, ni tampoco de tubos corrugados de protección; alrededor de 30 euros por punto. Y si colocamos las canaletas nosotros mismos, todavía podremos ahorrarnos hasta la mitad…
Por otra parte, si no tenemos que cambiar la instalación sino que simplemente queremos colocar o sustituir un enchufe o interruptor, los precios oscilan entre los 30 y los 50 euros. En cuanto a los arreglos, hay que sumar desplazamientos y horas de trabajo más materiales; salen por unos 35 euros la hora más el material. Y si es una emergencia, el arreglo puede llegar a costar hasta 100 euros la hora. A todos los precios hay que sumarles, además, el IVA.
Vía: Deco Estilo

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