viernes, 23 de mayo de 2014

La Hedrera por Hernández Arquitectos

Descripción de los arquitectos. Esta antigua masía, rehabilitada y ampliada para uso y disfrute de la familia propietaria y sus invitados, se encuentra situada en una gran finca de caza de 1.200 hectáreas en la Sierra de Aitana, al norte de la provincia de Alicante y a tan solo 15 km del mar, por lo que la vivienda conserva el sabor mediterráneo, rodeada de pinos, carrascas, olivos y almendros.



El edificio toma lugar en la parte alta, gozando de unas inmejorables vistas. Tanto la volumetría existente, como los nuevos volúmenes creados son sensibles a la topografía del terreno, creando una macla en forma de U. Las edificaciones existentes se han deshecho de los antiguos revestimientos, dejando a la vista la piedra natural, mientras que los nuevos volúmenes creados han sido revestidos con mortero cementoso de color blanco. Con esto se diferencia claramente lo nuevo de lo viejo.

El edificio principal está orientado al sur y se encuentra flanqueado por otros dos volúmenes que abrazan la gran terraza, que sirve de nexo de unión del conjunto, además de constituir un espacio exterior diseñado y cuidado al detalle.
Presidiendo este espacio encontramos un gran árbol solitario, que aporta a la arquitectura el simbolismo del mundo vegetal que le rodea. Fue requisito fundamental el no deshacerse de este plátano autóctono, que habla por si mismo de “Lugar” y actúa como muestra e hilo conductor entre la casa y el paisaje.
La organización de la vivienda es consecuencia del programa de necesidades que el cliente planteó, y se agrupa en tres cuerpos:
El volumen situado al oeste actúa como filtro de entrada, dando acceso a la terraza que sirve de distribuidor del conjunto. Este edificio alberga barbacoa y horno árabe, siendo el lugar de reunión para comidas y cenas informales alrededor de dos grandes mesas con capacidad para 32 comensales. El cuerpo situado al este, es el destinado a servicios, albergando cocina, lavadero, aseo, despensas y cámara frigorífica, así como la vivienda de los caseros.
Ambos cuerpos son de similar altura, y todas las estancias están vinculadas por puertas cristaleras con el exterior, estableciendo una relación directa con la terraza. Por último, el cuerpo principal, orientado al sur, es el de mayores dimensiones y se desarrolla en tres plantas más mirador.
Los tres niveles se comunican gracias a una torre de nueva construcción, encargada de articular y distribuir el espacio de la manera más ordenada, mediante unas escaleras y un ascensor.
En planta baja encontramos el salón, que es un espacio diáfano donde el comedor queda separado por un muro con hornacinas que aloja dos puertas correderas, permitiendo el aislamiento de éste. Desde el salón, también se accede a la bodega, espacio semienterrado y cubierto por una bóveda de ladrillo. Todo el mobiliario, mesa de catas, botelleros, etc. ha diseñado ex profeso por el propio arquitecto.
En la primera planta se disponen 7 habitaciones, todas equipadas con baño propio y terraza privada.
La segunda planta se dedica exclusivamente al esparcimiento de los niños, con un gran dormitorio comunitario para nueve niños, con vestidor y un divertido baño adaptado a las necesidades de los pequeños. También cuenta con un salón de juegos de más de 150 m2 con zona de televisión, chimenea, billar, ping-pong, futbolín y mesa de juegos.
Los alrededores han sido ajardinados mediante árboles y arbustos autóctonos, los cuales marcan espacios y definen caminos. Los taludes dibujados de vegetación, nos conducen hacia la tranquila charca en la que nadan los patos.
Para más información visiten: Hernández Arquitectos 




























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