sábado, 30 de enero de 2016

Reforma integral para unir dos pisos


Los arquitectos Anna y Eugeni Bach se encargaron de esta reforma integral en el Ensanche barcelonés: unir los dos últimos pisos de la finca para conseguir una única vivienda que aprovechara las terrazas existentes. El piso inferior, de unos 65 m², contaba con ventanas al exterior en un único frente; la cocina y el baño daban a un patio interior. El apartamento superior, de unos 40 m², había sido construido con posterioridad, probablemente durante los años 60.

Dada la superfície de cada planta, los arquitectos consideraron que debían organizar la inferior como planta principal, donde ubicar la entrada, el salón, el comedor, la cocina, una habitación para los niños y un baño; y la planta superior como espacio más íntimo de los padres, con su dormitorio, cuarto de baño y estudio.
La vivienda se organizó alrededor de la escalera. Ésta se convierte en algo más que un elemento de comunicación entre las dos plantas; es también un espacio de relación visual entre plantas, a través de una ventana en el rellano y una gran abertura en el estudio superior que permiten visuales desde éste hasta la cocina. Esta solución permite que la relación entre las plantas sea más natural, y se pueda entender la vivienda como una sola, y no como la agregación de dos plantas superpuestas.
El suelo hidráulico existente se había eliminado en reformas anteriores y sólo quedaban piezas para la mitad de la superficie. La suerte fue que, justo cuando empezaron las obras, en otro piso de la misma finca estaban en plena reforma y sus propietarios iban a tirar las piezas hidráulicas.
Se recuperaron baldosas hidráulicas suficientes para cubrir toda la superficie de la planta inferior, y después de varias opciones, las piezas se colocaron por estampados y franjas que ayudan a entender la planta como un único espacio continuo.
En la planta inferior, se conservó toda la carpintería de madera, tanto puertas como ventanas, para mantener el “espíritu” del Ensanche que este piso había tenido. En la planta superior, en cambio, donde no había ningún material digno de conservación, tanto el suelo como las ventanas se sustituyeron por elementos nuevos.

En las terrazas, una escalera abatible permite que el espacio de la terraza inferior, algo estrecha, se aproveche al máximo, y se reservó la superior para celebraciones puntuales. Un toldo retráctil en la terraza superior protege del sol de mediodía y, más importante aún, define estos espacios convirtiéndolos en unas estancias, la inferior a doble altura, entre lo interior y lo exterior. Fotografías: Eugeni Bach.

Para más información visiten: Anna y Eugeni Bach
Vía: decoratrix






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