viernes, 15 de enero de 2016

Tannic de Freixenet. Una tienda con burbuja.



Aquellos que estas Navidades hayan pasado por el Paseo de Sant Joan Bosco, en Barcelona, habrán visto que la famosa marca de cava Freixenet ha abierto, por primera vez, un espacio donde comprar directamente sus productos. Y para aquellos que no lo conozcan – y también para los que cualquier día del año es bueno para un brindis – hoy les presentamos Tannic, por cierto, algo más que una tienda y en la que, por supuesto, no faltan las burbujas doradas.



Tannic es un showroom que expone y permite catar todas las gamas de sus productos. Fiel a su imagen de marca tradicional a la par que contemporánea, el espacio recrea una bodega de tintes modernos a través de un coupage donde se mezclan técnica y arte.


Los ‘enólogos‘ de tan especial proyecto son los diseñadores de INDAStudio, quienes utilizando diferentes recursos como el uso de materiales nobles, juego de volúmenes, reflejos y brillos, han conseguido un resultado equilibrado, con cuerpo y estructura, y un aroma lujoso pero acogedor que le permitirá resistir una larga crianza.

Situado a pie de calle, el local se distribuye en un espacio de doble altura. En la planta inferior es donde se exponen y se venden los productos. Una gran barra de mármol en forma de L sirve para degustaciones, mostrador y caja. En la planta superior están la sala privada de catas, un mini office y los aseos.

Como decíamos, el proyecto une materiales nobles -madera, hierro, mármol y cristal- con determinados recursos para crear un interiorismo sofisticado que recuerde al lugar de trabajo de donde proceden sus productos.

De este modo, la planta inferior es la que más busca acercarse a una bodega con las paredes y los techos revestidos parcialmente de madera natural de roble, la tipología más común para las barricas de vino. El producto se expone en grandes estructuras de hierro negro a modo de estanterías, una de las cuales comunica visualmente la planta superior con la inferior.

Para aportar mayor calidez a las estanterías se añadieron fragmentos de madera y cajas empotradas que representan las tradicionales cajas de vino.

La iluminación está formada por lámparas de cristal que simbolizan la uva y, por qué no, las icónicas burbujas que ya representan a la marca. El cristal es de color para evocar los dos tipos de productos más comercializados de la marca: el dorado para el cava (y las burbujas) y el rojo púrpura para el vino.

La planta superior tiene un aire más funcional y moderno. A través de la gran estantería de hierro se puede contemplar el espacio de tienda. Un enorme espejo apaisado ocupa gran parte de la pared, lo cual aporta mayor amplitud a la sala. En el centro se ubica la mesa de catas, realizada también en madera de roble natural. Al fondo, un sofá y unas butacas – de color dorado, por supesto – para saborear las copas más selectas de Freixenet.

El mármol predomina en la barra de la planta inferior. La madera, en formato parquet, protagoniza el suelo. Y el hierro está presente también como revestimiento de paredes y otros elementos de carácter tradicional, como contrapesos, rótulos troquelados, estantes, y perfilerías.

Del apartado gráfico destacamos el mapamundi y el slogan ‘Los vinos de la familia Ferrer’ grabado sobre madera en quince idiomas diferentes en referencia a la presencia de la marca en diversos países del mundo.

Para más información visiten: Tannic de FreixenetInda Studio Barcelona
Vía: diarioDESIGN





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