sábado, 4 de febrero de 2017

Hotel One Shot Palacio Reina Victoria. La vanguardia del clasicismo.

A veces da la sensación de que en Valencia sólo existen dos arquitecturas: la antigua, es decir, la situada en el casco histórico (El Micalet, la Catedral, etc.) y la nueva, ubicada en las afueras (la Ciudad de las Artes y las Ciencias). Pero entre medias, y en el ensanche por tanto, hay un largo listado de joyas arquitectónicas que merecen la misma atención. Una de ellas es el Palacio Reina Victoria, la majestuosa obra de Luis Ferreres Soler que en 1913 se convirtió en el primer hotel de la ciudad.
Por si no fuera suficiente con ser uno de los símbolos de la arquitectura modernista de Valencia, puede presumir de haber alojado en sus habitaciones a personajes de la talla de Federico García Lorca, Frank Cappa o Ernest Hemingway. Es por ello que desde el primer día se convirtió en el hotel de referencia. Y jamás ha renunciado a seguir siéndolo. Aunque para ello tenga que renovarse. De hecho, aportando ahora una cierta frescura contemporánea a su identidad clásica ha entrado en la liga de los hoteles urbanos, sitios cosmopolitas abiertos para el disfrute de los vecinos.
Este cambio viene inyectado de la mano de su nuevo propietario: la cadena One Shot Hotels, que ha sometido al edificio a una gran reforma en la que han llevado a cabo un delicado ejercicio de rehabilitación para dejar espacio a las formas modernas dentro de su línea señorial.
Por una parte han realzado el valor de algunos elementos característicos del antiguo edificio como la escalera principal. Por otra parte, el estudio Alfaro-Manrique ha ideado un interiorismo equilibrado que permite conjugar tradición y modernidad. Una revisión en la que las líneas geométricas y elegantes del mobiliario hecho a medida son las protagonistas.
El metal o los colores fuertes para las tapicerías son los otros rasgos más contemporáneos, al mismo tiempo que se honran las raíces valencianas con guiños como la cerámica que se desliza en los baños o debajo de las cama, a modo de alfombras.
El hotel, que tiene categoría de lujo y cuenta con 85 habitaciones y un restaurante, quiere ser también un punto en la ciudad para el arte, la creación y la belleza. Y aquí entra también la influencia de One Shot Hotels, que se distingue por incluir en sus espacios obras de diferentes artistas locales, sobretodo en el campo de la fotografía. La artista valenciana Alexandra Martorell ha sido la primera en colgar sus obras.
Estamos pues ante una improvisada galería y por ello la iluminación es otro de los elementos que se ha tratado cuidadosamente. El resultado es una secuencia que empieza con un juego de sombras en la escalera, sigue con la penumbra de las sutiles lámparas doradas del pasillo, y finaliza con la blanca iluminación natural de las habitaciones que, al anochecer, se convierte en la luz que fluye por las cornisas.

Para más información visiten: One Shot HotelsAlfaro-Manrique
Vía: diarioDESIGN


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