martes, 23 de enero de 2018

Cal Hidráulica

La cal hidráulica fue creada en Francia en 1821, ya que en este país las canteras de cal, al igual que en las de Bélgica y Alemania, daban una roca de pésima calidad con muchos silicatos en comparación a las canteras de países como España e Italia. Básicamente, la cal hidráulica se comporta en la construcción como un cemento portland blanco, pero con peores resultados.

Los franceses consiguieron su uso masivo prohibiendo en sus colonias, sobre todo en las norteafricanas, el uso de la cal aérea y obligando a usar la cal hidráulica.

Dentro de las cales hidráulicas existen las cales hidráulicas naturales, que son naturales, ya que no tienen ningún tipo de aditivo como los cementos y poseen mucha más resistencia que una cal aérea. La cal aérea, para poder usarse en construcción, deberá estar siempre mezclada con aditivo puzolánico (cemento, escoria, etc.) para obtener resistencia. Por otra parte, se puede utilizar en rehabilitación de edificios antiguos como en bioconstrucción, ya que no contiene ningún tipo de sulfato, aluminatos, sales, etc… que pueden dañar el edificio que se va a rehabilitar o construir.

La resistencia de este tipo de cales viene dada por la adición de elementos puzolánicos durante el proceso del fraguado, mientras que en las cales hidráulicas no naturales se consigue su resistencia por la combinación de sílice durante el proceso de cocción de la cal.

La cal hidráulica blanca natural está especialmente recomendada para trabajos de restauración, rehabilitación y acabados rústicos:

Enlucidos interiores, exteriores y de piedra vista.
Rejuntado de ladrillos y piedras antiguas.
Mampostería en general.
Pavimentación en terracota o piedra.
Colocación de tejados (cumbreras, limatesas, limahoyas, aleros).
Refuerzo de argamasa.

Vía: Wikipedia

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