jueves, 18 de enero de 2018

Salon L’OCCOCO por COTAPAREDES Arquitectos

Ubicado en la Ciudad de Guadalajara Jalisco este proyecto significó su incursión en el género comercial. El cliente les encargó el rediseño de la marca de los salones de belleza L´OCCOCÓ, una de las mayores franquicias de salones de belleza de México. Quería reflejar una imagen de elegancia con el carácter necesario para que los clientes se sintiesen identificados con la marca. El ejercicio comenzó analizando los salones existentes, entendiendo las dinámicas de uso, los muebles necesarios para el desempeño de las actividades del salón, los flujos de los clientes y del personal, los espacios óptimos para trabajar con libertad. Su lenguaje debía simplificar lo actual, depurarlo, debían identificar lo indispensable y reajustar aquello que podía ser adaptado de otra manera. Una vez entendiendo esto procedieron a la intervención, debían generar una tipología que pudiese ser replicada para cumplir con las características de una franquicia.
La primicia fue la sencillez, liberar el espacio de obstrucciones simplificando el diseño de los muebles para ayudar a generar una continuidad espacial. Para aportar la cualidad de carácter y elegancia al espacio y como una reminiscencia a la estación de autobuses de Pamplona, decidieron aplicar esbeltas fajillas de madera en secuencias de llenos y vacíos resolviendo el problema de los plafones y muros. Esta superposición de planos crea un envolvente que produce una atmósfera que el usuario es capaz de sentir al cruzar el umbral de acceso. Utilizaron el color blanco como un recurso para buscar la abstracción y luminosidad. La iluminación artificial está integrada al envolvente, siguiendo el patrón de continuidad de las fajillas en el sentido longitudinal y transversal.
El proyecto tipo del salón fue adaptado para un local comercial con medidas atípicas, ya que se encuentra en una esquina con dos vistas, lo que permite mayores recorridos. Se dividió el área de corte y área de lavado en 2 a través de una mampara de fajillas verticales que permiten las vistas y la circulación del aire. Esto provoca una especie de “promenade” o recorrido de un escenario a otro, brindando privacidad a cada espacio. El área de empleados queda oculta, anexa al ingreso de servicio y baño. El resultado es un espacio que se siente cuando se habita, esperando que el usuario se vaya pensando en la experiencia que fue estar en un lugar que no había visto antes.

Para más información visiten: Cotaparedes Arquitectos























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