viernes, 17 de febrero de 2012

Cómo colocar el gresite

La colocación del gresite no es compleja. Se debe alisar la superficie lo suficiente como para garantizar que no habrá ningún problema para que los azulejos conformen un plano. A continuación, se aplica una capa de cemento-cola y las pequeñas piezas. Lo más complicado, sin duda, es lograr mantener las líneas rectas en la colocación de la cerámica. Puesto que el diseño final es un diseño cuadriculado, cualquier falta de exactitud puede resultar demasiado llamativa. Es el principal riesgo que, en este caso, corre el aficionado que se apunta a la tarea.



Un recurso empleado para reducir los costes y dar a la superficie un acabado similar consiste en instalar imitaciones. En las tiendas especializadas se comercializan baldosas, por lo general de 30 centímetros de lado, que imitan la terminación de los azulejos pequeños de gresite y cuyos precios son bastante más reducidos. Es una solución válida para cualquier persona e, incluso, para el aficionado medio. No obstante, el acabado no es el mismo en ambos casos: la diferencia entre el gresite auténtico y cualquier símil es evidente.

Gresite sobre un alicatado antiguo

A menudo, las reformas exigen un trabajo doble, ya que antes de construir lo nuevo hay que echar abajo lo anterior. Ocurre con frecuencia con las paredes: cuando se quiere pintar, hay que retirar la pintura antigua, lijar, etc. En el caso del suelo, sucede algo similar.

Sin embargo, el gresite da la posibilidad de instalarlo incluso sobre un alicatado antiguo. Si bien no es lo más recomendable y conviene quitar los azulejos antiguos para dejar la pared limpia, con una buena rugosidad, es posible colocar gresite sobre otro material. Se debe emplear un cemento-cola especial, con mayor carga de resina que la normal. Este se aplicará con una espátula plana de surco fino y dientes cuadrados, no triangulares, como es habitual en el resto de casos.

Vía: Eroski Consumer

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