miércoles, 20 de noviembre de 2013

Restaurant Pony por Woods Bagot

Descripción de los arquitectos. La última adición a la escena gastronómica de Brisbane es Pony, un restaurante creado en torno a complacer los sentidos y la teatral puesta en escena de la preparación de alimentos para la parrilla de carbón. El restaurante es propiedad de la familia Kyprianou y es el tercer Pony, el primero fuera de Sydney. El sitio está situado junto al río en Eagle Street Pier de Brisbane y ofrece la oportunidad de comer en el interior o exterior con vistas al río. Pony es una combinación de interior, comida y servicio que evocan una experiencia sensorial y emocional. Los alimentos proporcionan una importante fuente de inspiración para el diseño, mientras que los chefs a la vista y el personal proporcionan una fuerza vital que anima una escena dramática.

El restaurante cuenta con espacio de comedor y con un interior que fluye hacia el exterior mediante un espacio abierto, de madera, conectado a un bar. El resultado es una serie de opciones para comer, desde espacios abiertos y comunes, a lugares más íntimos, además de la experiencia completa de comer en la cocina. Una impresión que perdura comienza cuando los comensales tienen acceso directo a la acción de la cocina abierta, enfocándose en la vista y el olor de un asador abierto. El diseño de gran hospitalidad crea experiencias significativas para el visitante mediante la participación de los sentidos en una serie de niveles mientras se abordan las preocupaciones estéticas y funcionales. El objetivo general fue la construcción de un sentido inmediato de la historia en el espacio, evocando una experiencia emocional sensorial. Desde la perspectiva operacional, se buscó un diseño que proporcionara la máxima flexibilidad operacional, eficiencia e innovación. Esta filosofía fluye a través de todo el proyecto, desde la flexibilidad operativa de la ubicación del espacio del comedor hasta las innovadoras cocinas que se han diseñado específicamente para la máxima capacidad de servicio de alimentos de muy alta calidad.
El aspecto final del proyecto es tan importante como la idea original y todas las etapas de su evolución; el restaurante era un proceso de descubrimiento con la materialidad. Las imperfecciones se incorporaron en el diseño. A partir de la técnica del “herrero”, se incluyó una cinta de acero de dos metros a través de todo el espacio, capturando de la poética de la producción como una parte clave del lenguaje interior. El poco desperdicio de materiales (ya que se utilizaron planchas del tamaño completo) además de los servicios expuestos, los materiales no tóxicos y la iluminación de bajo consumo contribuyeron a la sostenibilidad del diseño.
Para más información visiten: Woods Bagot
Fotografías: Trevor Mein

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