miércoles, 15 de enero de 2014

Emisores térmicos: ¿cuáles calientan más y consumen menos?

Las ofertas de emisores térmicos para calefacción están a la orden del día en los folletos de publicidad que recibimos en casa… Si está buscando una calefacción eléctrica, sencilla de instalar y eficiente, ésta puede ser su alternativa.


Es importante tener un criterio claro a la hora de elegir el emisor térmico adecuado… Se trata de tener una temperatura confortable pero siempre consumiendo la menor cantidad posible de electricidad, ahora que la factura de la luz vuelve a experimentar una nueva subida…

Los emisores térmicos o termoeléctricos funcionan conectados a la corriente. Pero no todos son iguales… Los hay de tres clases: emisores termoeléctricos de tecnología seca con aluminio, emisores termoeléctricos de fluido emisores termoeléctricos cerámicos.

Emisores en seco

Los emisores térmicos en seco albergan materiales que se calientan muy rápidamente como el aluminio, capaces de reflejar el calor. Se calientan enseguida, por lo que resultan ideales cuando sólo se van a usar unas pocas horas (de 2 a 4), por ejemplo, en zonas cálidas donde refresca ligeramente al caer la noche… De hecho, también son los que más consumen, aunque tienen un precio de partida muy económico (a partir de 75 € de 56 x 65 cm y 900 W de potencia).

Emisores de fluido

Los emisores térmicos de fluido tienen dentro un líquido que reparte uniformemente el ca calor por todo el aparato y lo acumula durante un tiempo. Disponen de más inercia térmica que los de tecnología seca, lo que quiere decir que mantienen más tiempo el calor, aunque también tardan más en calentarse. Así, por cada 30 minutos de consumo eléctrico, emite otros 40 minutos adicionales de calor por inercia térmica… Por eso están recomendados para un uso más extensivo que los anteriores (hasta 6-8 horas). Consumen un 20% menos que los emisores secos. Hay emisores térmicos de fluido desde unos 100 a 169 € en 500 W de potencia, y medidas de unos 40x60 cm.

Emisores cerámicos

Otra tecnología seca, pero más eficiente que la anterior, son los emisores con placas o paneles cerámicos. Disponen de una gran inercia térmica: por ejemplo, 120 minutos de calor adicionales por cada 60 minutos de consumo. O dicho de otra manera: son más lentos para alcanzar su temperatura máxima, pero su mayor inercia térmica (hasta 4 h) les permite consumir un 15% menos de luz que los emisores de fluido. Los emisores cerámicos pueden tener la típica estética de radiador por módulos (200 € uno de 600 w), pero también los hay de diseño hechos en un panel de piedra (399 € en Leroy Merlin con 400 W de potencia) o con un frontal porcelánico liso (259 €, el emisor de Ducasa Slim de 750 W).

Criterios para elegir bien

A la hora de elegir un emisor térmico, se debe tener en cuenta la tecnología que utiliza, pero también otros aspectos. Por ejemplo, es importante que este tipo de equipos de calefacción sean programables para acomodarlos a las exigencias de cada espacio (hogar u oficina). Algunos ofrecen programadores de máxima precisión, y otros menos… También es importante a estas alturas que dispongan de un display digital en el que ver la programación seleccionada. Algunos elementos de mayor precio disponen ya de programadores inalámbricos digitales, que no afean su estética… Muchos pueden valorar también que esté fabricado en España y que su tecnología esté garantizada con el sello de una marca conocida (ej.: Junkers, Haverland, Cointra…).

En los emisores térmicos, hay que tener en cuenta que las potencias de 500-600 W son adecuadas para estancias de 5 a 7 m2, mientras que los de 900 W cubren las necesidades de una habitación de 9 a 11 m2, y los de 1.200 W se reservan para espacios de 12 a 14 m2.

Ventajas y desventajas frente a radiadores y calefactores

Frente a otros tipos de calefacción como los radiadores eléctricos o los calefactores, los emisores termoeléctricos presentan, sobre todo, la ventaja de acumular el calor gracias a las tres diferentes tecnologías que hemos visto. Además, los emisores están pensados para ser instalados en un punto fijo de la vivienda u oficina (normalmente contra la pared), y no son transportables, lo que debe ser tenido en cuenta si se busca un tipo de calefacción más versátil, pensada para ser transportada a demanda y/o sólo para un rato… Para este tipo de uso, puede ser más útil y barato un calefactor (de aire o de placa de calor), fáciles de transportar y con temperatura ajustable, o bien un radiador metálico por agua, aceite o halógeno.

Vía: Deco Estilo

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