martes, 21 de enero de 2014

Notting Hill Kitchen, un restaurante de tapas portuguesas en Londres

Estamos en Kensington Park Road, en el último trabajo del estudio de Sandra Tarruella Interioristas: el restaurante de tapas en Londres Notting Hill Kitchenun proyecto que nace de la ilusión de Filipa Teixeira y Godric Walker en ofrecer un restaurante de tapas portuguesas de calidad en el barrio de Notting Hill. Para este objetivo, contaron con la colaboración del prestigioso chef portugués Luis Baena.


El reto de este proyecto consistió en conseguir un espacio con carácter con un presupuesto limitado. El equipo de Sandra Tarruella Interioristas partió de simplificar la arquitectura existente a partir del color y la iluminación, y gracias a la combinación de elementos sencillos y materiales nobles, logró crear unrestaurante actual, desenfadado y cálido, acorde a la filosofía del restaurante y de su localización.

En la zona del comedor, pintura e iluminación juegan un papel fundamental: franjas en diferentes tonos de color verde decoran paredes, techo y pavimento. Incluso los cojines de terciopelo del banco son del mismo color que la franja para realzar este efecto. Se jugó con una iluminación más dramática en las franjas de color, una luz indirecta por detrás del banco y luz puntual en las mesas para crear un ambiente nocturno.

Los bancos de contrachapado de abedul y cojines de terciopelo situados en las paredes perimetrales permiten agrupar y desagrupar mesas según sea necesario. Las mesas son de nogal macizo, con pata de hierro central y pies regulables, excepto en el reservado, donde son de hierro y madera lacada, y están diseñadas para que funcionen tanto en grupo como individualmente. Las sillas debían tener un aspecto confortable y elegante; se eligió una silla de brazos de chapa de nogal y cuero negro de Ikea.

En las paredes se apoyan tanto las mesas altas como los soportes de velas. Estos dos elementos están trabajados con la misma estética y material, madera de nogal y hierro. Colocados a diferentes alturas, aportan dinamismo y dan un toque desenfadado al espacio. Esta pared resulta muy atractiva debido a su iluminación cálida y su juego de volúmenes.

Como nexo de unión y comunicación entre las diferentes salas del restaurante,Sandra Tarruella trabajó con un elemento cotidiano que encontramos en el sótano del local, los botelleros. Colocados en toda la dimensión de la pared, funcionan como celosía y ayudan a regularizar la pared existente, sin crear barreras visuales. Realizado en contrachapado de abedul, sirve como almacén de botellas de vino, además de soporte de mueble de camarero.

Esta celosía continúa en la pared del bar para dar continuidad en diferentes salas. Se desplazó la barra hacia la entrada principal para que tuviera más presencia desde el mismo momento en que entra en el restaurante. Lo que generó la necesidad de rehacer el pavimento en parte del bar, donde se colocó microcemento del mismo color que la franja de la pared para volver a utilizar el recurso de color. De esta manera, se integra el bar con el resto del restaurante.

Para más información visiten: Sandra Tarruella InterioristasNotting Hill Kitchen
Vía: decoratrix

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