jueves, 28 de abril de 2016

¿Qué tipo de parquet pongo en baños y cocina?

Para saber qué tipo de parquet le conviene más, lo primero que debe hacer es responder a estas tres preguntas:

1) ¿Qué uso le va a dar?
Es importantísimo prever el tránsito que va a soportar su suelo. Por ejemplo, un salón o un pasillo «sufrirán» muchísimas más pisadas que el dormitorio, que solo lo empleará para dormir. Según la concurrencia de la estancia, deberá apostar por un suelo más o menos resistente, lo que repercutirá de manera proporcional en el precio. No le estoy descubriendo América; a mejor suelo, mayor precio. Mi consejo: un parquet de grado superior (madera dura o muy dura) para cocinas, pasillos y salones; en cambio, en las habitaciones puede permitirse una graduación inferior (semiblanda). Esto hará que dure más años.
Son factores clave el número de personas y si tiene mascotas a la hora de elegir; en caso afirmativo quizá le sea más rentable un suelo laminado AC4 o AC5

2) ¿Qué apariencia quiere?
A su gusto. Los tonos claros son más casual y no tan elegantes, pero eso ya depende de cada uno. Eso sí, intente que no rompa con la estética de la casa o, si el cambio es total, que el nuevo estilo que implante crezca a partir del suelo que ponga.
3) ¿Con qué presupuesto cuenta?

Siempre recomiendo parquet, pero entiendo que es un material que no está al alcance de todos los bolsillos; si se le sale del presupuesto, no vea con malos ojos las alternativas laminadas o vinílicas. ¿Por qué aconsejo madera? Por su nobleza, por cómo se relaciona con la vida que se genera alrededor, por su calidez, por estética, tacto y porque, a diferencia de sus competidores sintéticos, se puede reparar. Un buen acuchillado cada 13-15 años y le brillará como el primer día. Los suelos laminados y vinílicos, en cambio, necesitan un recambio a partir de los 10 años.
¿Es una locura poner parquet en mi casa?

Para nada, probablemente sea una de las mejores decisiones que tome en su vida. Pero, ojo, baños y cocinas admiten matices. Veámoslos:
Las claves del parquet... en la cocina
Aquí hay dos escenarios posibles: que su cocina esté integrada en el mismo espacio que el salón o el comedor, llamémosla cocina abierta, o que esté separada del resto de estancias (es decir, que tenga puerta y cuatro paredes). Si su caso es el primero, o está en sus planes que así sea, no se complique y utilice el mismo suelo que en la zona de ocio. Estéticamente, la continuidad visual es una gozada y aportará empaque al carácter de la casa. Si su cocina es una estancia en sí, entonces ya es otra historia. Puede ser que un suelo cerámico le haga la vida más fácil: si en el resto de la vivienda tengo madera, la cocina, el corazón del hogar, no será menos.

Si, por otra parte, le asusta el mantenimiento y la delicadeza del material, puede que un suelo laminado de calidad sea lo que busca. Es fácil de instalar, limpio, resistente y más económico que el parquet. Además, según el modelo, cuesta muchísimo diferenciar si es un suelo sintético o si se trata de madera de verdad.

¿Es una locura poner madera en el suelo de la cocina?

No, es algo normal, pero su suelo necesitará que lo mime y que no abuse de él. Si no lo ve claro, laminado.
Las claves del parquet... en el baño
El baño es un mundo aparte. La humedad de esta zona de la casa no tiene nada que ver con la de la cocina, por ejemplo. Aquí la madera se va a resentir 9 veces de 10. No es imposible, pues hay muchísima gente que lo tiene, pero no todos están dispuestos a comprometerse con la madera. Por eso la mayoría de profesionales lo desaconsejan, para curarse en salud. El parquet en el baño requiere de un cuidado exhaustivo, y la mayoría de veces no nos esmeramos todo lo que exige este suelo.
Entonces, ¿qué hacemos? Aquí mi apuesta son los suelos vinílicos, que son los que mejor resisten la humedad. Se fabrican en una gran variedad de colores y estilos y no le será muy complicado encontrar uno que no desentone con la madera (o lámina) del resto de la casa.

¿Es una locura poner madera en el suelo del baño?

Un poco, pero el mundo se hizo para los valientes.

Entonces, ¿qué suelo es mejor?

El parquet es precioso y dura muchísimos años, pero lleva mal la humedad y su calidad se paga. En cambio, el laminado soporta mejor el contacto con la luz solar y las abrasiones, mientras que el vinílico está hecho para vivir con la humedad. Ambos son resistentes, pero no duran para siempre.

Vía: Habitíssimo





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