viernes, 29 de diciembre de 2017

Una casa rústica y cosmopolita

Cuando un espacio tiene alma; cuando la historia de un lugar pesa más que el deseo de cambio; cuando el valor de la traducción está por encima de nuevas propuestas, sólo cabe intervenir sensiblemente. El estudio de arquitectura Studio Pan nos demuestra con esta preciosa buhardilla en Grenoble que es posible llevar a cabo un cambio y mejora de un espacio respetando su esencia y exprimiendo aquello que lo hace especial.
Programa y disposición
La buhardilla ocupa la última planta de un edificio de viviendas del siglo XIX. Originalmente construida para alojar las habitaciones del servicio, la vivienda ha sido transformada numerosas veces a lo largo del tiempo, hasta caer en manos de los actuales dueños, a finales de los 90. La joven pareja trabaja entre París y Grenoble, y buscaban adaptar el interior de la vivienda a un estilo de vida más contemporáneo. El proyecto pretende abrir el espacio, persiguiendo un interior diáfano y libre, encapsulando aquellas partes del programa que necesiten más privacidad en pequeñas estancias o “cajas” que organizan el espacio a su alrededor.
Piedra, pintura y madera

Para llevar a cabo la intervención, primero se eliminan las antiguas particiones, se abren falsos techos para recuperar la altura original y se levantan los suelos de linóleo aplicados durante los años 70, así como el antiguo empapelado de las paredes. El resultado es un espacio depurado, sencillo y honesto, en el que la textura de los materiales estructurales es el único atrezzo. Para mejorar la eficiencia energética de la vivienda, se aumenta el aislamiento de techo y fachada hacia el interior. La envolvente se pinta de blanco, haciendo destacar la madera de las vigas y el muro de piedra de la medianera.
Vivir al natural
A pesar de haber modificado el interior para acercarlo más hacia el concepto de loft, todavía puede leerse la antigua distribución a través del pavimento. El suelo se convierte en un collage que combina la tarima de pino de las antiguas habitaciones, nogal para los espacios de distribución, y baldosa hidráulica donde se alojaba la antigua cocina y cuartos de baño. La luz natural enciende la madera y sumerge el interior en un ambiente cálido y acogedor. El mobiliario combina piezas a medida en estilo mid-century con antiguas adquisiciones de los dueños. La madera, la piedra y el cuero visten el interior con naturalidad.
La escena doméstica
El espacio principal se organiza siguiendo la estructura de las vigas del techo. El ritmo estructural permite la distribución del programa en pequeñas escenas, haciendo posible la separación de estancias sin interponer barreras físicas. Cada uno de los vanos cuenta con un enorme lucernario que eleva la altura del techo y arroja abundante luz natural al interior. Una pequeña mesa de comedor compone una nueva escena doméstica, que separa el salón de la cocina.
Encajar una cocina
La cocina ocupa un extremo del espacio principal, alojada contra la pared de la medianera. Un sólido mueble a medida la separa de la zona de acceso, albergando armarios, espacio de almacenamiento y equipo de cocina. La parte superior del mueble se separa del techo, dejando suficiente espacio para concebirlo como una pieza independiente colocada en el interior como elemento distribuidor. El resto de la cocina se realiza en acero inoxidable, incluida la encimera y la campana extractora. El fondo se termina con un zócalo de gresite, y los nichos de la pared se completan con repisas.
Con color y poco más
El dormitorio se aloja en uno de los vanos de la fachada opuesta. La inclinación del tejado deja la altura suficiente para colocar la cama contra la pared, bajo la luz del lucernario. Siguiendo con la filosofía del espacio continuo, la estancia carece de cerramiento, y utiliza en su lugar una simple cortina para crear un espacio más íntimo. También aquí se construye un armario a medida que separa la estancia de la contigua y ofrece cierta estructura visual al interior. El color de la ropa de cama combina con la profundidad de la madera, dando forma a una paleta cromática intensa y vivaz.
Habitar de forma eficiente
El cuarto de baño se esconde tras una tercera caja o mueble distribuidor, que contiene la ducha. Al otro lado del tabique se coloca una valiosa bañera de fundición sobre dos tacos de madera. La inclinación del techo define el recinto del baño y el espacio se convierte en un lugar agradable y recogido. Al ser una actividad reservada para momentos contados, la estancia se comparte con una zona de estudio y una cama de invitados. La intervención introduce nuevos conceptos de habitabilidad, respetando el alma del lugar. En lugar de imponer un estilo minimalista, se resuelve un proyecto sencillo con el mínimo impacto sobre el interior.

Para más información visiten: studio PAN
Vía: habitissimo





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