jueves, 17 de mayo de 2018

El mantenimiento de los jardines verticales

Todos los jardines requieren cierto mantenimiento. Según sea su extensión y el tipo de plantas que estén presentes será necesario invertir más o menos tiempo en esta labor. El mantenimiento de los jardines verticales es en cierto modo diferente al resto. Esto es debido a que por su forma y situación requiere un cuidado especial en cuanto a podas, riegos y demás tratamientos. A continuación le explicamos como cuidar un jardín vertical.

Riego

El riego es una parte fundamental de cualquier planta. La frecuencia y cantidad de agua dependerá del tipo de planta que haya plantado. En muchas ocasiones creemos que una mayor cantidad de agua supone un mejor crecimiento de la planta y no es así. Un exceso de agua es tan perjudicial como no regarla.
Tenga especial precaución con el exceso de riego.

Cuando vaya a regar su jardín vertical deberá hacerlo de arriba a abajo para que el agua caiga y llegue a todos los puntos. Si lo riega manualmente una buena opción es introducir las plantas en bolsas de fieltro. Este material tiene una gran capacidad para retener el agua y por consiguiente mantener la humedad en la planta.
Otra opción es instalar un sistema de riego automático. De este modo el agua se reparte mejor por todos los puntos y no tenemos que preocuparnos sobre el momento en el que hay que regar. La instalación es bastante compleja por lo que si no tiene conocimientos de fontanería deberá recurrir a un profesional.

Poda

La poda es una de las tareas más importantes de la jardinería. Aunque a priori parece que la poda de los jardines verticales se hace para modelar su forma en realidad hay muchos más motivos por los cuales se elabora esta tarea:

Prevención frente a plagas
Limitación del tamaño de la planta
Renovación del follaje

La principal característica de un jardín vertical es su forma. Están pegados a la pared y tienen un grosor no muy amplio para que permita el paso por el jardín. Este efecto lo conseguiremos mediante la poda.

Otro de los aspectos que diferencian la poda de un jardín convencional en comparación con un jardín vertical es la poda de las raíces. Cuando las plantas están en el suelo las raíces van ocupando el suelo y quedan ocultas. No tenemos que preocuparnos por ellas a no ser que levanten la acera o surja algún problema similar.

En cambio, en los jardines verticales las raíces tienen poco espacio para desarrollarse. A medida que crecen van necesitando más tierra y chocan con la pared. Por ello hay que podarlas anualmente. Hay que hacerlo con cuidado y podando solo las raíces secundarias para no matar la planta.

Abono

Otro punto importante dentro del mantenimiento de los jardines verticales es el abonado. Este tipo de jardines tiene una cantidad de tierra mucho más limitada que uno convencional. Esto provoca que la tierra sea rápidamente ocupada por las raíces y absorba los nutrientes.

Es recomendable renovar habitualmente la tierra y abonarla. Dependiendo del tipo de plantas que compongan su jardín vertical el profesional de la tienda a la que vaya a comprar el abono le recomendará uno u otro tipo. Principalmente los abonos se encuentran en los siguientes formatos:

Abonos sólidos. Estos abonos están disponibles a su vez en varios formatos. El primero de ellos es en polvo. Este formato no es muy recomendable porque no es muy fácil calcular la cantidad que se aplica. El formato más usado es el granulado. En el envase se indica la cantidad que se debe verter en el jardín vertical. Dependerá de la superficie y el tipo de planta. El tercer tipo es el menos común y no se usa para el abonado de los jardines verticales. Es el abonado mediante bastones. El abono está formado por una especie de palitos que se clavan en el suelo y de una forma más retardada mejoran sus nutrientes.

Abonos líquidos. Dependiendo de la planta y de lo concentrado que sea se puede aplicar de dos formas diferentes. La primera es directamente como si se tratara de agua de riego. Hay que aplicarlo con cuidado y asegurando que el abono llega a todos los puntos. El otro modo de abonar es diluyendo el abono en agua. Esta es la forma más común dentro de los abonos líquidos. En el envase se indica que cantidad de agua se debe mezclar.

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