lunes, 4 de noviembre de 2013

Energía Geotérmica

La energía geotérmica es una gran desconocida para la mayoría de nosotros, debido, en parte, a que su uso es todavía minoritario. Le explicamos en qué consiste esta energía renovable, y qué aplicaciones y ventajas tiene en el hogar.

Los sistemas de climatización geotérmica funcionan transmitiendo el calor natural que acumula la Tierra hasta el interior de la vivienda. Se trata, como puede deducir, de una energía renovable, ya que proviene de un recurso natural inagotable, al que podemos recurrir permanentemente, como también sucede con la energía solar, o la eólica, por citar algunos ejemplos.

Para funcionar, este tipo de energía aprovecha la gran ventaja que supone la temperatura casi siempre constante de la Tierra. España, además, se beneficia, por su situación y clima, de una gran cantidad de horas de Sol, que contribuyen a mantener esta temperatura estable en la tierra.

Un sistema completo
En el hogar, la energía geotérmica se puede utilizar de varias maneras. Así, a través de un sistema de calefacción doméstico, la energía geotérmica sirve para calentar el agua de nuestro hogar. Además del agua caliente sanitaria, también puede aplicarse en la climatización de la vivienda, ya sea para la calefacción en invierno o la refrigeración en verano.

El equipo que debe poseer en su vivienda consiste en un circuito de agua y una bomba de calor, que funciona con energía eléctrica, aunque puede estar conectada con una placa solar, lo que aumenta su eficiencia. Cuando la geotermia se aplica en la calefacción del hogar, el circuito y la bomba trabajan mano a mano con tu sistema de calefacción, que puede estar formado por radiadores de pared, o por calefacción bajo el suelo.
 
Cuida el medio…y ahorre
Los principales beneficios de esta energía son medioambientales. Al ser una energía renovable, es más ecológica que los combustibles fósiles convencionales y genera menos dióxido de carbono en el ambiente.

Para el usuario, este sistema tan completo supone, a la larga, un ahorro en el consumo de calefacción, gastando entre un 30% y un 60% menos que con una bomba de calor convencional aire agua. Además, entre sus ventajas también se encuentran otros factores, como el poco mantenimiento, una larga vida útil, el impacto arquitectónico nulo en la fachada, y la ausencia de ruido.

El principal inconveniente es que es necesario un desembolso importante para la instalación del sistema, que se amortiza con el paso de los años.
Vía: fotocasa

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