

Para ello, se ha utilizado plancha metálica perforada en los cerramientos de la zona del salón-comedor-cocina, en la zona del garaje y en la verja de la calle. El metal expandido proporciona un agradable y suave contraste con el resto de la paramentos exteriores blancos. En la misma línea, se han creado patios interiores que aportan luz y ventilación naturales a las estancias, a la vez que las aislan de los vecinos.
Dentro de la edificación, el blanco se extiende por toda la vivienda, convirtiéndose en un lienzo sobre el que cobran vida las piezas de mobiliario o de iluminación en un diferente color y textura. En la planta baja, la sala de estar, el comedor y la cocina comparten la misma estancia comunicada con el exterior a través de amplios ventanales. Aquí arranca la liviana escalera -también blanca- que conduce a la segunda planta, donde se encuentra el espacio privado de la vivienda.

Para más información visiten: Cabré i Díaz Arquitectes
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